Como todos sabéis, es igual lo que hayas hecho a lo largo de un torneo, que lo más importante es la última partida. Los cambios clasificatorios son muy profundos y no hay tiempo para remediarlo. Por eso mismo, suele haber más cansancio, nervios y los vuelcos de las partidas son más habituales.
Por ello, vamos a repasar algunas de los momentos decisivos en algunas partidas, y como pudieron dar una clasificación final totalmente diferente.
Aunque en la partida Mindeguia-Díaz el blanco siempre tuvo algo de ventaja, el negro consiguió defenderse y no he podido encontrar ningún momento en el que el blanco pudiera pensar en estar cerca de la victoria. Al finalizar la partida, Mindeguía se lamentaba de haber dejado escapar una continuación más fuerte:
Aquí Mindeguía jugó 1. T4b2 y la partida fue tablas rápidamente. Después de la partida, se intuía que era más fuerte 1.Te4 fe4 2.Ta1, empujando el peón y dificultando mucho la labor del negro. Realmente, era una continuación más fuerte y no pude encontrar defensa aceptable pensándolo de memoria. Sin embargo, tranquilidad, que la defensa después de pensarlo sobre el tablero y asegurarme con Fritz, es relativamente sencilla. 2…Rc6 3.a5 Rb7 4.a6+ Ra7 y aunque el negro tiene que tener cuidado, la activa torre negra debe garantizar las tablas sin mucha dificultad.
La partida más complicada fue con diferencia la que enfrentaba a Soriano-Marchena. Después de una gran apertura del negro, se llegó a esta posición:
El negro jugó fatídicamente 1…Cc3?, seguramente sin valorar correctamente que después de 2.Cc3! Td1 3.Ad1, la posición blanca ofrece gran resistencia y no es fácil para el negro encontrar el camino de la victoria. Únicamente la mayoría del flanco de dama le ofrece alguna posibilidad de ganar, y la pareja de alfiles es muy fuerte, combinada con las torres.
La alternativa correcta era 1…Ce3! y ahora es posible que Marchena no viera que no es posible 2.Df3 Cf1 3.Df6 por 3…Dh2+ y mate a la siguiente. Por lo tanto es único 2.fe3 Td1 3.Ad1 Te3 y la diferencia con la partida son dos peones, actividad de piezas negras y falta de desarrollo del blanco en el flanco de dama.
La partida continuó, y seguramente, debido a la resistencia del blanco, descentró al joven jugador hasta que cometió otro error decisivo:
En esta posición, la partida ya debe ser tablas. La única opción era jugar 1…Cb5 y después de 2.Ab5 ab5 3. Tcb1 la captura del peón de b5 y la presión sobre el único peón que puede ganar para el negro, debe llevar a firmar las tablas.
En la partida, el negro buscó algo más con la jugada 1…Tc8? y se encontró con la desagradable sorpresa 2.Tc8+ Dc8 y ahora 3.Tc3! evitando el jaque en c1 y amenazando el caballo. Ahora es obligada 3…Df8 y el blanco puede optar entre jugar 4.Ac5 para capturar el caballo o la más fuerte, que se jugó: 4.Af6!!, con ventaja decisiva blanca, al no poderse detener la maniobra Td3-Td8.
El final consiguiente todavía tuvo dificultades técnicas para el blanco, pero el punto no cambió de bando.
En la partida Ortega-Urriza, el blanco tenía esta plácida posición y decidió jugársela con la continuación 1.Ab5!? ab5.
Pongo el símbolo de interesante porque es una jugada que busca algo distinto en esta posición tranquila, aunque rigurosamente no creo que sea correcta del todo. El problema fue que ahora se equivocó de caballo. Mikel jugó 2. Ccb5?, y quedó perdido después de 2…Ce4 (la diferencia de tomar con un caballo o con el otro) 3.Cc8 Cd2 4.Cd6 Cc4! con calidad de menos sin compensación alguna. La continuación 2.Cdb5! Db8 3.Cd6 proporcionaba una compensación adecuada por las dos piezas contra la torre.
Más decisivo fue el error en la partida Barbería-Aldave. En la siguiente posición:
El blanco tiene ventaja decisiva con 1.Ad8+ y la única opción para el negro es cubrirse de torre, con la consiguiente pérdida material y la partida. Sin embargo, jugó 1.Th6+ y se encontró que 1…Re7+ (sí, ¡jaque!) le obliga a abandonar al perder la torre de h6.
En la partida Hernampérez-Cemborain, vemos esta caótica posición en la que parece que el blanco no tiene solución. Aunque defiende la dama de la clavada, el alfil clavador está amenazado. Además, las dos torres están amenazadas a la vez y el negro sólo tiene un peón de más, por lo que no puede hacer sacrificios para mantener el equilibrio.
Parece lógico que en esta posición, el blanco perdiera la concentración, jugando 1.Ae2?? y perdiera la dama y la partida. Yo miraba la posición y no encontré jugada, por lo que me pareció que el resultado final contra otra jugada hubiera sido el mismo. Nada más lejos de la realidad. A base de buscar, y con la certificación de Fritz, el blanco tiene una jugada increíblemente salvadora, pero es tan modesta que pasa desapercibida: 1.c3!!.
La clave de la jugada es que la dama negra no se puede retirar de la defensa de b6.
Si 1….Aa6, entonces 2.Da6 y el blanco se salva.
Si 1…Db2, entonces 2.Tb1! y se iguala en todas las variantes, incluso el blanco puede quedar mejor:
Si 2…Db1 3. Tb1 gana dama.
Si 2…Aa6 3.Da6! Db1 4.Da8+ Rd7 5. Dd8+ Rd8 6.Tb2 con igualdad material y buena posición para el blanco.
(Hay que decir que, a su vez, el negro podía haber conseguido ventaja decisiva si no hubiera obviado una jugada ganadora pocas jugadas antes. Si alguno quiere ver la partida, 14…e4 era prácticamente definitiva)
En la partida Garnacho-Ruíz Escobar, el blanco tuvo esta difícil posición:
Aquí optó por la “segura” 1.Ae3 y después de 1...dc5 el ataque negro fue muy peligroso, hasta que consiguió el punto. Sin embargo, la opción más efectiva era el contraataque directo con 1.Dh4!, y la presión sobre el caballo en f6 debe provocar la rendición del negro en pocas jugadas.
Y por último, esta curiosa posición donde juega el negro se dio en la partida Irañeta-Villacorta. La mejor continuación es difícil de ver en el tablero, pero podemos aprender mucho de su análisis.
La primera tentación es empezar a dar jaques, tal y como sucedió: 1…Dh1+ 2.Re2 Dg2+ 3.Rd3 Cf2+ 4.Rc4 y después de algunos jaques más el negro abandonó.
Lo primero que hay que analizar de la posición es que con los jaques no se puede dar mate, y que en algún momento hay que parar y comerse la torre de d8. El problema es que no se encuentra dicho momento. Después de Dh1 la dama está amenazada, después de Dg2+ el blanco amenaza Ce7+ y después, tanto con la textual Cf2+ o Dg3+ el rey escapa al flanco de dama y el fuerte peón de d7 decide la partida.
Por lo tanto, ¿qué hacer? La respuesta viene de observar que cuando el negro da jaques y el rey pasa por d3, el caballo de d5 sólo está protegido por la dama, por lo que si ésta se ha retirado de su defensa para presionar por otro lado, éste caballo caerá en jaque. Otro detalle es que el blanco no puede hacer nada para mejorar la defensa del rey. Si le damos otra jugada, no podrá parar los jaques. Por último, el negro tiene ventaja material, por lo que si cambia damas y controla el peón de d7, tendrá gran ventaja en el final.
Bueno, ¿cuál es la jugada? Pues la sencilla 1…Td8! Ahora el blanco no puede presionar la torre con 2.Dc8 por Dh1-Dg2+ y cae el caballo de d5. Si el blanco intenta 2.Db6 para cubrirse en g1 con la dama, el negro cambiará y jugará Ce5, con final ganado. Es decir, el negro detiene con una jugada el ataque del blanco, y luego volverá a la carga con los deberes en defensa hechos.
PD: Es cierto que Fritz me da alguna jugada de defensa para el blanco que le permite seguir jugando, pero todas las jugadas del negro son más fáciles de realizar. En un juego práctico, la partida está de parte del negro.