miércoles, 4 de diciembre de 2013

Partida de la Jornada 1: Detalles ocultos

Empiezo esta entrada con la idea de publicar alguna partida que parezca interesante. En una jornada en la que han ganado ¡todos! los favoritos menos uno, es evidente donde quiero poner el foco: La partida de la mesa 2 entre Joseba Otano y Álvaro Díaz.
Tengo que decir que, por encima de los errores más o menos graves que se pueden apreciar, la partida tiene muchos detalles interesantes que quiero poner en relevancia.
 Esta es la primera posición. Aquí juega el negro (Álvaro Díaz), y hace 13...Ca6. ¿Es mala esta jugada? La verdad es que no. El objetivo de ocupar la casilla c5 y quedar mejor es evidente. Sin embargo, es una jugada que yo no recomendaría, ya que este plan era imparable ahora o en la jugada siguiente, y hay un detalle importante por el que preferiría enrocar primero:  14.Db5+!
  El signo de exclamación no es porque sea una jugada que permita al blanco recuperar el equilibrio total. Los problemas de la posición existen y no han cambiado. La exclamación es porque busca algo distinto que la mera resistencia pasiva. Ahora el negro tiene que plantearse si cambiar las damas con 14...Dd7, o jugar 14...Cd7, que permite la maniobra Ch4-Cf5 para el blanco, con alguna aspiración de jugar activo.
  Sin embargo, el negro jugó correctamente, y después de varias jugadas, llegó a esta posición.

 A simple vista, el blanco ha conseguido alguna actividad y aspira a crear problemas al negro, pero nada más lejos de la realidad. Con su última jugada, 18.a5?, evita cambiar damas y a partir de ahora, todo el ejército blanco se bate en retirada. Lo dicho, la jugada 14.Db5+ no solucionaba los problemas del blanco, pero obligaba al negro a jugar preciso. El problema es que lo hizo, y el tema acabó así:

 Estamos en la jugada 26 del negro y se produce una posición diabólica. Las negras tienen mejor posición y mucha presión, pero es difícil encontrar una continuación clara. La jugada de la partida, 26... Tf6, muy lógica, increiblemente es mala, y echa a perder toda la ventaja. La razón: Había que haber anticipado la maniobra del blanco de 27.Ae2 y pensar que el centro se podría abrir. Una jugada como 26...Tae8 podría haberlo evitado, pero reconozco que es difícil preverlo. La partida siguió con 27....e4. 28.f4! Dg7, llegándose al siguiente diagrama.
 Aquí el blanco jugó 29.Ad3 con bastante decisión, y la respuesta del negro no es clara. Si toma de peón, acabará cayendo con jugadas como Cf2 sin posible reacción. Si toma de caballo, 29....Cd3, como en la partida, que parece lo más agresivo, sigue 30.Db7, y de repente el peón de a5 es una máquina imparable.
  Sin embargo, Joseba no aprovechó sus mejores opciones con el peón y llegó a esta posición, con clara ventaja, pero lejos de ser definitiva. Quería comentar una jugada, anónima, que no destacan cuando se mira la partida superficialmente, pero que son de esa clase de jugadas que si no se hacen, sobre todo contra un rival que te supera 500 puntos, son toda la garantía de derrota.

 El negro ha estabilizado su posición y amenaza con contratatacar por la diagonal negra y por la columna 'b'. ¿Qué hacer? La posición es tan dinámica que un mínimo error hace cambiar la valoración de golpe.
34.Da1! Esta jugada permite conquistar, con damas o sin ellas, la casilla d4 para el caballo, quita la dama de la columna 'b' y plantea el cambio de damas. El negro, que lógicamente no querría aguantar un final con peón de menos mucho peor, mantiene las damas, aunque ahora sea el blanco el que tiene actividad por la diagonal y jugó 34...Dg6 buscando actividad por el flanco de rey.

 Jugadas más tarde, el negro ha conseguido bastante actividad y se acerca a dar un vuelco, pero se enfrenta a esta posición y no acierta con la mejor maniobra.
  Vamos a ver. Hay que comerse el caballo, en la partida, se encontró con la desagradable sorpresa que después de 45...Cg5 46.fg5, ahora no es posible 46....Tg5 por una curiosa jugada: 47.Df5!!, y todo se cae entrando en un final perdido. El negro vio todo a tiempo, y después de cambiar caballos, jugó 46....f4!?, conduciendo la partida por complicaciones que el blanco supo solventar.
  ¿Cuál era la alternativa? Pues jugar 45...Tg5!. No sirve 46.fg5 por f4, con lo que hay que jugar 46.Tg5+ Cg5 47.fg5 y ahora, con las torrs cambiadas, una jugada como 47...Df3+ da la suficiente actividad como para conseguir el equilibrio.


 Y por último, los efectos del apuro y de los nervios. Una vez superadas todas las dificultades, el blanco no debería tener ninguna dificultad para imponerse. Sin embargo, las prisas le jugaron una mala pasada y jugó 56.Dh4+??, tirando todo el esfuerzo por la borda. 56....Th7 permite recuperar el caballo y jugar un final igualado.
Pero una partida tan intensa no podía quedar así. Cuando todos esperábamos que el negro fuera imponiendo su mejor técnica en finales con ayuda de sus peones ligados, tal vez el exceso de confianza, los apuros y pensar que ya estaba fuera de peligro le jugó una mala pasada: 63....T4e5??. Cualquier jugada como 63...Te1, o 63....Rg8 servirían, pero después de la textual, 64.Th7+ Rg8 65.g7! inesperadamente, pone la partida en bandeja al blanco.


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